lunes, 23 de agosto de 2010

¡Salud punteros!



La tercera jornada trajo un poco más de fútbol y el torneo empieza a levantar vuelo. Vélez y River como punteros llevan la bandera de lo mejor que se ha hecho tanto con la cabeza, tácticamente, como con los pies, dentro de la cancha.
Ambos con un déficit de juego pero siendo contundentes ante rivales que les trajeron problemas pero que no supieron capitalizar situaciones.

Argentinos Juniors le manejó la pelota a Vélez en el primer tiempo. Silva, como el estandarte velezano, era quien intentaba recuperar y jugar con sus compañeros, pero Moralez, Martinez y Augusto Fernández no estuvieron precisos y no se encontraban entre ellos.
Los de Troglio supieron jugar al fútbol y casi nos hacen recordar al gran equipo campeón hace 3 meses, pero el segundo tiempo empezó con un Vélez totalmente decidido a ganar el partido y, con los pies, ya finos, de los 3 mediapuntas y las ganas que persistían en el uruguayo, comenzó a dominar el encuentro.
Los goles llegaron por intermedio de un penal, de Leandro Somoza, luego de una falta ingenua pero bruta de Gonzalo Prósperi, y por un remate del pelado, ex banfield, por entre las piernas de Navarro.

Por su lado, River viene de menor a mayor, además de la cantidad de goles (1 a Tigre, 2 a Huracán y 3 a Independiente), el rendimiento cumple esa función que siempre da resultado. Repetir esquema, repetir los nombres propios y tener la misma idea de juego siempre. Eso sumado a la sangre jóven: Funes Mori que ya sacó a aquel Javier García de su retina y puso en el entrecejo al arco rival, Affranchino y Pereyra, el primero más que el segundo, demostrando buenos movimientos técnicos y adaptación táctica, y Lanzini, que en su segundo partido oficial en River (NdR= Jugó en la primer jornada, ante Tigre) reemplazó a un Ortega que no se extrañó tanto.
Lo interesante es que, pensando y escribiendo, nunca se me cruzó por la cabeza el nombre de Ángel Cappa, tal vez, el más importante artífice del momento riverplatense y esto marca que hoy River crece sin importar quien esté a cargo, de repente, parece que la mísitca y el paladar negro se volvieron a apoderar del banco de suplentes.
Lo mismo pasó con Gareca, y Vélez, pero eso es otra cosa: Es el mejor equipo del fútbol argentino.

"Detés" aparte cabe resaltar a la banda roja que, sin Buonanotte en su mejor nivel, pero afianzándose cada vez más, sin el Burro, y con Almeyda como escolta volvió a ganar y sigue cuesta arriba en este largo camino del que pocos se acuerdan, pelear la permanencia. Y recalco que el 5 es el escolta porque el abanderado de la victoria ante el Rojo fue Carrizo, que volvió como se fue: El arquero que gana partidos.

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