jueves, 9 de septiembre de 2010

No perdamos nuestro horizonte...

La selección del Checho nos dejó chochos, nos llenó los ojos de fútbol, de goles y nos dibujo una sonrisa, o aunque sea una mueca de alegría; pero no hay que confundirse ni dejarse llevar por este leve verano post maradoniano...

Es cierto que se le ganó al actual campeón, y al que hoy por hoy (aunque muchos lo nieguen) es el modelo a seguir, pero no hay que auto adjudicarnos el titulo de "Campeones del mundo", la transitividad no se aplica en este caso. La realidad es que España sufrió un accidente contra Argentina, ya relajada por haberse sacado de encima el peso de lo que significa ser 'el candidato'.
Argentina hizo un muy buen primer tiempo, lastimó con velocidad y demostró que, si se trabaja con seriedad, se puede lograr algo más que sólo los cuartos de final de la cita máxima del fútbol mundial.
El Checho imprimió su sello en la Selección, le dió una entidad y, por sobre todo, juego. En esta convocatoria se vió la diferencia con el ciclo anterior. Batista trajo laterales y buen pie, para buscar lo esencial: juego asociado y desequilibrio, pero todo en equilibrio, aunque suene contradictorio. Convocó a Zanetti para ser salida por derecha, convocó a un lateral, con todas las letras, a alguien que conoce el puesto y sabe cuando debe y cuando no debe atacar. Puso a tres 'número 5', pero sólo Mascherano fue el defensivo; Cambiasso y Banega (dos caras que Maradona ignoró) aportaron el equilibrio y el apoyo que necesitaba el capitán para no luchar contra el mundo, pero además nos dieron tenencia de pelota y pases. La entregan redonda, dicen los que saben. Es lo que hizo falta en el Mundial.
Durante el partido, le peleamos sin miedo la tenencia de pelota a España, que por lo general te la quita, no la ves nunca, si queres una pelota tenes que traer la tuya, ellos no la largan, se la adueñan.

España, la del Mundial, te mareaba de tantos pases, jugaba con tal simpleza, estilo y belleza que te ahogaba en fútbol. Pero la España del martes era un poco más limitada, ya que no tenia a los habituales titulares y desde allí se empezó a describir el éxito argentino, y la diferencia abultada en el marcador.
Los ibéricos salieron a jugar como si todavía estuvieran festejando. Tenían la misma base y la misma idea de juego, pero no la misma armonía, no los mismos nombres, por eso Argentina fue superior. Recordamos que tanto el arquero, dos defensores y un mediocampista que ingresaron no eran habituales titulares.
Hoy el DT es Batista y sería bueno darle continuidad. Los jugadores lo piden y el lo demuestra con hechos. Habla poco, pero trabaja más y, por sobre todo, pone la heladera en la cocina y el inodoro en el baño, sabe como hacer que los interpretes toquen la mejor música que pueden de acuerdo sus capacidades, maximiza los recursos que tiene. Pero hay que hacer un cambio de raíz, armar un proyecto para tener un futuro y no sólo alguna alegría en el corto plazo.
Quizas con España, pero la del Mundial, se hubiera dado un partido más cerrado, con menos goles y más fútbol; quizas habríamos estado pidiendo la cabeza y no la continuidad del Checho. Por eso pido que no perdamos nuestro horizonte. Hay que darle tranquilidad a la Selección y continuidad a un D.T. que tenga ideas claras, que sea medido, y que no se esclavice por sus dichos. Quizas así tengamos oportunidad, sino siempre veremos a alguien más levantar la Copa.

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