Independiente finalmente se consagró campeón de la Copa Nissan Sudamericana. Venció 3-1 a Goias, consiguió así la diferencia mínima que necesitaba, forzó los penales y logró un 5-3 que quedará en la historia.
Independiente hizo mucho para llegar a la final de la Sudamericana. Nadie le puede quitar los méritos, si bien Oscar Ruiz, árbitro del cotejo, es más localista que los propios locales, no se puede pasar por alto el camino que llevó al Rojo a jugar una nueva final -luego de 15 años- y a consagrarse campeón.
Le ganó en la primera fase a Argentinos Jrs., último campeón vernáculo. Defensor Sporting, el partido del quibre del equipo de Mohamed. Deportes Tolima, campeón venezolano. Liga de Quito, multicampeón en Ecuador y América. Y finalmente, Goias, que no hizo muchos méritos en el fútbol local, pero fue inteligente en su juego para superar cada fase.
La final mostró a un Goias desarmado. No fue el mismo de las anteriores fases. No supo jugar. Así, Independiente avanzó y rápidamente se puso 1-0, con el tanto de Velazquez. Después, Parra con dos goles a lo Palermo pusó el 3-1. Mouras, el estandarte del equipo verde, había descontado.
Finalmente, tras un tiempo suplementario en el que Independiente pudo haberlo perdido -en una pelota que Toloi enganchó de palomita y estrelló en el palo-, llegaron los penales y el desahogo, tras el tiro de Tuzzio. Independiente volvió a ganar un título internacional y suma 16 en sus vitrinas. "No importa la cantidad, el Rojo volvió a la escencia del Rey de Copas", sentenció Mariano Closs terminado el encuentro, y es que los de Avellaneda están a 2 copas aún de Boca y Milan (18) pero la mística volvió, no cabe duda.
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